La fabricación de objetos en serie genera que todos sean iguales, todos tienen la misma forma, el mismo tamaño, el mismo color… Si alguno de ellos presenta alguna diferencia, se considerará un error de producción y el objeto será desechado por defectuoso.

Si fabricamos en serie bolígrafos “Bic” de color rojo, todos tienen que ser iguales. Si alguno presenta una pequeña rebaba en el capuchón o este tiene un color distinto a los demás o tiene una rozadura en el plástico será desechado. La tinta puede estar en perfectas condiciones y escribe perfectamente, igual que los demás, pero será un objeto defectuoso.

Estamos tan acostumbrados a los objetos en serie que extendemos este efecto a nuestra lista de la compra. Vamos a la frutería del supermercado, manzanas, naranjas y tomates todos iguales en forma y color. Si encontramos algún tomate no tan redondo como los demás o con un color menos rojo, no lo añadiremos a nuestra cesta. Es posible que el sabor sea igual que el resto o incluso mejor, pero no lo añadimos a nuestra cesta porque lo consideramos defectuoso. Lo mismo pasaría con las naranjas. Aquella que es un poco más amarilla o brilla menos, no la compraremos y acabará siendo zumo o mermelada.

Que sucede en nuestro sector productivo, las Artes Gráficas. Nosotros fabricamos objetos en serie, imprimimos cinco mil carteles de promoción y todos deben ser iguales. Mismo tamaño, mismo color y mismo acabado. El cartel con variación de color es un error de producción y puede ser rechazado por nuestro cliente, aunque en el caso de un cartel de promoción esto no sea algo transcendental  como en un packaging.

¿Qué pasaría si imprimimos cajas de cereales y hay una variación en el color? Pues lo mismo que con los tomates. El cliente llega al supermercado, sección cereales, todas las cajas del mismo color, menos una, que tiene un color distinto o tiene un defecto de impresión o una rozadura. Esa caja se queda en el terminal. Los cereales son los mismos pero un defecto de impresión hace que se desechen. De ahí que los estándares de calidad en el mercado del envase y embalaje sean más críticos que en otros productos del sector.

Imagen: phil-aicken

Entonces, ya sabemos que las Artes Gráficas se dedican a fabricar objetos en serie y aquí surge un nuevo inconveniente: la moda por los objetos hechos a mano. La moda por los objetos artesanales. Vuelve a haber demanda por la impresión de carteles mediante tipografía, por la rotulación a mano, por las invitaciones de boda con caligrafía manual,…

Diego Apesteguia – http://www.rotulacionamano.com/

¿Qué supone un rótulo de un bar hecho a mano? Pues que no es un objeto fabricado en serie, es un elemento único, con sus fallos e imperfecciones y ese es su potencial, porque lo diferencia del resto. Es su valor añadido.

Y aquí viene el problema. No podemos imprimir cinco mil carteles con tipografía. No estamos preparados para rotular el bar de forma manual. ¿Cómo solucionamos estos inconvenientes? Pues haciendo uso del diseño gráfico. Utilizaremos recursos gráficos que simulen un acabado manual: tipografías manuscritas o caligráficas, imágenes con imperfecciones, elementos decorativos que parezcan hecho a mano…